Le escuche cuando dijo "tal vez".
El "vuelva" ni lo oí, me lo escribió
en la luna trasera de mi coche,
creciente.
Sí,
es esto de las habitaciones vacías.
Sí, es esto de cuando salgo a la calle
ensombrado
por las pestañas de las marquesinas,
mirando al suelo, buscándote brillar.
Un momento de esos que miras
y ves la decadencia
de
cada
una
de
las
letras
que dicen: ¿por qué te fuiste?.
Y te das cuenta que la ciudad
es el paisaje de los besos, solamente.
sábado, febrero 10, 2007
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4 comentarios:
muy bonito el poema...
has de hacer uno por semana al menos para la cueva...es tuyo verdad??
Gracias!
sí, es mío...
QUISIERA ACARICIAR LAS YEMAS DE MIS DEDOS SOBRE FILOS DE NAVAJAS
Y HACER BROTAR MIS SENTIMIENTOS COMO GOTAS DE SANGRE
MÁS LLORANDO MIS MIEMBROS, EL ROJO CAUDAL DE VOLUNTADES REPRIMIDAS NO LOGRARÁ SACIAR LA SED QUE ME SECA
EMPAPANDO MIS PALMAS CON EL CARMÍN DE SUS LABIOS
vaya! Nosferatu, bienvenido a la cueva, qué bien le queda a la cueva un vampiro!
saludos.
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