viernes, abril 06, 2007

PEPE'S BAR

(foto del bar de Pepe)

(Comenzaba)
Un amigo mío argentino, nacido en el pueblo de Evita Perón, Chivilcoy, de la provincia de Buenos Aires, me dijo un día que después de haberse recorrido América entera, Europa de sur a norte, algunas zonas de Asia, después de tanto tránsito y tantas visiones, no había visto nada igual, ningún lugar parecido a ésta, nuestra España.
Según él( que más que argentino parece un auténtico vikingo ) España, por tamaño y orografía es ( Atención: siéntense aquellos nacionalistas españoles hipersensibles, no vaya a darles una lipotimia ) un lugar “muy chiquitito muy chiquitito” en el que se producen las mayores diferencias entre comunidades en tan pocos kilómetros. Se pregunta qué que tienen en común un orensano y un castellonense. Qué tienen en común un bilbaíno y un gaditano. Me dijo que no le extrañaba que existieran los nacionalismos “periféricos”, que le recordaba a las luchas de los indígenas por sus tierras y por sus tradiciones…

(Así empezaba, y lo dejo aquí, en el aire. Porque me encuentro en el bar, en mi bar, bueno, en el bar de Pepe, que es como mi bar, con el portátil trajinando. Y acaba de entrar un matrimonio. Y me llaman la atención y me despistan del texto original. Porque él tiene como ochenta años, y ella como otros ochenta, pero mientras que él camina espigado, enérgico, ella es conducida entre mesas y sillas con una silla de ruedas. Está tapada con lo que parece la chaqueta de él, granate, acolchada, horrenda. Retiran una silla para colocar la de ella. Ella está dormida. Por un momento pienso que esta muerta. Porque no se mueve. Él le acaricia la mejilla y ella pestañea rápido; esto va a ser lo más rápido que haga durante el tiempo que pasan en el bar. Él se pide un café con leche. Y a ella no le pide nada. Cuando vas a un bar y no te pides nada es que estas jodido. Y ella lo está. Yo me he tomado un cortado y una mediana, por suerte. Pero tampoco es que ande muy fino. Pienso en cuánto amor ha de sentir ese hombre como para no dejar de sonreír a su mujer, que por momentos, estoy seguro, se muere. No los había visto nunca por aquí. Éste, el bar de Pepe siempre me guarda alguna sorpresa, por eso es mi segunda casa, por la fascinación que me provoca. Aquí he escrito mis primeros cuentos, los primeros poemas que considero buenos realmente. Este bar plagado de mierda y de ancianos (( que me tienen un cariño especial, lo sé)), muchos alcohólicos, es para mi uno de mis países clave. Yo soy nacionalista del bar de Pepe. Me gusta su independencia, me gusta que cobre las medianas a un euro mientras el resto las cobra a uno con veinte-o con treinta o cincuenta-. Me encanta esa pareja que vive enfrente y que viene cada día a las dos y me miran con odio si tengo la Vanguardia del bar- que yo cedo encantado(( cuánto “encantamiento”))-. Me gusta porque la leen juntos, cada uno una página, sin comentarios. Pienso ahora que los textos entre paréntesis son como más oscuros. Están como tapados. Quedan relegados a cierto sosiego incómodo en la lectura rítmica. Pero escribo esto entre paréntesis simplemente porque me sale de los cojones. El texto real es este, el otro me importa más bien poco. España me importa nada. Catalunya me importa nada (( que Word me señale “Catalunya” con “ny” como error me indigna tanto como que Froilán de todos los santos se parta el labio en un tobogán)). Me importa ahora que el limonero de Pepe(( que es el que nos provee de esos gajos maravillosos en las tónicas)) alumbre el bar como lo hace ahora mismo. Por cierto, en el bar de Pepe el café solo cuesta 75 céntimos. Y eso sólo nos importa a los parroquianos. Pero eso ahora no me importa ya que tan sólo miro el limonero con sus hojas verdes cristalinas, sus ramas oscuras como el carbón que casi invaden mi mesa, como los viejos que tanto quiero se discuten por no sé que cosa, como el amigo de un amigo que vive por aquí se fuma un cigarro tras superar un cáncer de pulmón. Me conmueve la valentía de toda esta gente venida de todos sitios hace muchos años, como ellos me explican. Me gusta su gusto, me gusta el sabor del pueblo. Me gusta. Amo al pueblo…)


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Dani, me ha encantado...sniff,sniff

Anónimo dijo...

que grande.
la verdad es que le debias un rincon de tu blog hace tiempo a este rincon tan entrañable como es el bar del PEPE.

Pero he de decir que nos has transportado con gran acierto al ambiente que se respira en este antro...

Esas raciones de pinchitos!!!
esos palillos esparcidos por el suelo...ese olor a chorizo de pueblo,esas cucarachas correteando por la barra,snif...
ese Pepe con su mirada como de cachorro de Fox-terrier agradecido,ese Vermouth casero-regomeyo a 1 euro...

...esas tardes de futbol...
...esas tardes que juega el barça...esas tardes que el bar esta lleno de viejunos merengues...esas tardes que ganamos...que bien lo pasamos en el PEPE...

Por cierto Dani.Cuantos años lleva el Pepe abierto como bar??
y cuantos años seguidos lleva el Pepe yendo a Ibiza en Agosto??

Si de mi dependiese hacer una ruta turistica para conocer Hospitalet el Bar del Pepe seria parada obligatoria...sobre todo para conocer la gastronomia de la region...(si alguien quedara con hambre hay un Ultramarinos contiguo)...

El bar del Pepe si estuviese en la mitad de Las Ramblas seguro que romperia los topes...pero perderia el encanto que solo nosotros conocemos...

Un beso a todos los clientes del Pepe!!!
soy la cucaracha que merodea por el ventilador.

GGRRÑÑÑÑÑFFFFFFZZZZZZZZZ

AF dijo...

Ten cuidado, Daniel (y perdona que abandone el engolado tratamiento de usted que le dispenso a todo el mundo, un poco por broma, un poco por veras). Todos los bares de Pepe que en el mundo existen son así porque sus dueños se olvidaron de hacerse ricos casi en el mismo momento de abrir el local. No les importa, por improbable que eso le parezca al niñato con un master en lo que sea.

Que luego acaben ahorrando unos millones es algo que puede que ocurra o no. También puede que ocurra porque lo poco que ahorran no pueden gastárselo nunca, salvo en sus propias raciones y cañas.

Pero ten cuidado, Daniel. Porque nunca se sabe detrás de qué palabra, de qué post en un blog, se encuentra el listo que decide tomarse en serio lo que alguien dijo en broma, y acabar llevando a los turistas al bar de Pepe. Y si eso llega a ocurrir, puede que Pepe mantenga la cabeza fría o puede que no. Siempre exite el peligro.

Ten cuidado, Daniel.

Daniel Isaac dijo...

Admirado Af;

Tienes toda la razón. Pero este bar esta alejado de las bellezas de barcelona. Esto es Hospitalet puro( sí, ese lugar que sólo sale en las noticias cuando alguien mata a alguien...) y aquí el moderniqui para buscar autenticidad( ya sabes, eso tan de moda en estos tiempos ) se va al barrio del borne, o ramblas, que según ellos, es donde se respira "multiculturalidad".
Esta palabra hablando de Barcelona merece un post a parte.
Porque esto esta lleno de jovenzuelos modernos que confunden esto con la marginalidad, y parece que les encanta, ir a esos bares en barrios deprimidos como el gótico o el raval,y tomarse copas carísimas y mientras a la puerta unas putas se pelean, o un yonki atraca a unos alemanes perdidos, o una viejita que vive encima de su puf tan moderno y alternativo se muere triste entre paredes llenas de humedad y fachadas descascarilladas,después de años y años de descuido...

El Pepe, por suerte seguirá siendo tal y como es...Queda usted invitado!

Gracchus Babeuf dijo...

Don Daniel, me debe Usted una cervecita. Y como es tan barata, no me da vergüenza reclamársela.

animalpolítico dijo...

Estupendo entrada, amigo, con dos giros argumentales que consiguen mantener el interés y ver ese lugar, esa gente.

Enhorabuena.