martes, mayo 01, 2007

LA YAYA

Rafaela Santacruz Orbaneja. Mi abuela. La enana, como yo le llamaba, murió el sábado por la mañana. Tranquila, dormidita, relajada. Se fue como supongo que se va uno en esas condiciones; la muerte debe ser la continuación de un sueño, o el espacio entre dos, sin saber si llegará el siguiente.
Son muchos los recuerdos que le vienen a uno a la cabeza. Justo en mi anterior post había escrito el poema titulado "Arroz con pollo", plato que nos hacía la enana hace ya muchos años. Arroz amarillo como le llamaba. Recuerdo entrar en su casa, escapando con mis hermanos y mi madre del horror de la nuestra, y sentir aquél olor denso, ese sofrito que sólo mi abuela era capaz de cocinar manteniendo los olores a cebolla, ajo y tomate bien separados para el disfrute total de los sentidos.
Recuerdo a la perfección todas las historias de la guerra y las penurias posteriores que me explicaba mientras me hacía cosquillitas en la mano(la foto es de hace un año, en uno de esos momentos en el que me acariciaba), siempre las mismas, siempre con la misma pena. Contaba que su padre era un cazador alegre, cantarín y algo bebedor. Como una vez, estando en un bar en el centro de Córdoba, en pleno verano, se quito la camisa, se subió a una mesa y se marcó una bulería. Unos guardias civiles que por allí pasaban lo detuvieron por escándalo público. Mi abuela al enterarse salió de casa y encontró a los guardias con su padre medio borracho esperando el bus que les llevaba al cuartelillo( por aquél entonces las patrullas iban a pie).
-Yo voy donde vaya mi padre-dijo ella.
Tuvo que mediar el conductor del autobús para que la dejarán subir. Imaginaos la estampa, los policías agarrando a su padre sin camisa y borracho y mi abuela detrás, impasible. Al llegar al cuartelillo le dijeron que se fuera, que su padre pasaría allí la noche, para que recapacitase sobre su actitud. Pero ella, cabezota como siempre, no se movía de allí ni por la fuerza.
Visto lo visto el responsable de aquel cuartel la hizo pasar a su despacho.
-Rafaela, no se va a ir hasta que no salga su padre, verdad?
-Sí.
-...Pues venga, anda, lléveselo...y que no vuelva a armar jaleo o la próxima vez tendrá problemas...
Mi abuela me decía que no entendía que por estar alegre a uno lo pudieran detener. "No hacía nada malo" insistía...


Scout me envía un meme en el que pregunta cuál es mi lugar en el mundo...Haré el mío y el de mi abuela, como recuerdo.
El de mi abuela seguramente sería estar en el campo, con su padre, siendo ella niña. Su padre montó una trampa e hizo una cabaña con el sarmiento de la poda donde esconderse a la espera de que cayeran algunos zorzales para poder venderlos. Allí escondidos, en silencio, en aquél campo cordobés...Se le encendían los ojos cada vez que recordaba aquellos días...

El mío, hoy, sería alguno de esos en los que me quedaba dormido en sus rodillas, mientras me acariciaba el pelo y me contaba las mismas historias de siempre, el escalofrío tan gustoso que me provocaba, esas cosas que me decía:"la novia que encuentres tiene que saber hacerte cosquillas como yo, si no malo..."

Tengo montones de lugares dónde por momentos me he sentido pleno, la cosa es saber si realmente se ha de volver a esos lugares, quizá, de algún modo, al reencontrarte con aquellos, en otro momento y circunstancia, quede algo roto, se corrompa la magia de aquél sencillo, diminuto, momento de armonía absoluta...

Saludos.

9 comentarios:

Scout Finch dijo...

Lo siento muchísimo, Dani. No tengo palabras porque sé que ahora es complicado que te animes. Pero cuando pase un tiempo y se aleje algo la tristeza, te quedarán los buenos recuerdos, y eso es lo que importa, porque tu abuelita vivirá en ellos.

Muchos besos.

Anónimo dijo...

Precioso, poeta.
Mi abrazo te acompaña...siempre.

Maripuchi dijo...

Dani, lo siento. Siempre es un palo cuando falta un ser querido...

Me quedo con tu último comentario Tengo montones de lugares dónde por momentos me he sentido pleno, la cosa es saber si realmente se ha de volver a esos lugares, quizá, de algún modo, al reencontrarte con aquellos, en otro momento y circunstancia, quede algo roto, se corrompa la magia de aquél sencillo, diminuto, momento de armonía absoluta...

El gran poeta Sabina ya lo dice en la canción: al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver

Un beso enorme.

Caminante dijo...

Es precioso tu relato, es precioso tu homenaje a tu abuela. Yo no tuve ese placer, una de mis carencias. Un abrazo PAQUITA

AF dijo...

Tengo, como seguramente recordarás, buenas razones para sentirme especialmente solidario especto a tus sentimientos ahora. Perder a la abuela -sólo mucho después te das cuenta- es mucho más que perder a un ser muy querido. Es también perder una fuente inagotable de recuerdos, que en la sociedad actual son un bien escaso y caro.

Un abrazo.

Gracchus Babeuf dijo...

'todos esos recuerdos se perderán en el tiempo, como lágimas en la lluvia. Es hora de morir'

Con mi abrazo.

Daniel Isaac dijo...

GRACIAS A TODOS AMIGOS,
DE VERDAD, MUCHISIMAS GRACIAS...

RGAlmazán dijo...

Dani llego tarde. Desde esta segundo residencia, de tu Catalunya querida, sin Internet, no llego a tiempo a casi nada. Sin embargo, aunque tarde, acabo de emocionarme con tu relato. Tu abuela, estoy seguro, estaba orgullosa de un nieto como tú. Yo, que tengo dos nietas y media, me gustaría que tuvieran tu sensibilidad.

Gracias por abrirte.

Salud y República

animalpolítico dijo...

Precioso relato, preciosos recuerdos, sentimientos a flor de piel. Mis condolencias por tu pérdida. Son momentos muy duros. Y mis felicitaciones por la hermosura hecha papel o mejor píxeles...

Un abrazo